Jueves, 2 de mayo, de Oklahoma a Texas

Hoy el día empezó muy, muy mal, pero por la tarde cambió nuestra suerte y, al final, ha sido otra jornada estupenda.

Nos hemos visto envueltos por un tremendo temporal, inusual en estas fechas, de frío, lluvia, granizo y, sobre todo, muchísimo viento (rachas de 87 km/h.). Lo hemos pasado bastante mal en la moto con este tiempo tan horrible. Por seguridad, hemos tenido que abandonar hoy el trazado de la ruta 66 para llegar lo antes posible a nuestro destino (la ciudad tejana de Amarillo) a través de la autovía interestatal 40. Aún así, hemos tardado más de cinco horas para sólo 280 km., debido a las varias paradas que hemos tenido que hacer para entrar en calor (hemos estado entre 0 y 5 grados todo el viaje).

Pero, una vez en el hotel de Amarillo, todo ha empezado a mejorar: ha salido el sol, ha empezado a subir un poco la temperatura, ha amainado el viento... Como teníamos bastante hambre, pues apenas comimos al mediodía, decidimos ir a ponernos 'moraos' al mítico restaurante Big Texan, conocido por sus grandes 'steaks' (invita la casa si te comes uno de dos kilos y su acompañamiento en menos de una hora).

Aún hacía demasiado viento, por lo que pensamos que era mejor ir al restaurante (que está a 16 km. del hotel) en taxi; acudimos a recepción para pedir uno y cuál fue nuestra sorpresa cuando la empleada nos dijo que Big Texan tiene un servicio gratuito de traslado, ida y vuelta a hoteles... ¡en limusina!
El sitio es espectacular; por fuera, un decorado tipo western, y por dentro, precioso; mejor ver las fotos.
Y ni que decir tiene que la comida nos ha dejado muy satisfechos: un steak de carne magra de 680 gr. para David y una hamburguesa bien grande de carne de búfalo para la que escribe. Además, la comida estuvo amenizada por un grupo musical compuesto por tres ancianos; uno de ellos llevaba respiración asistida, ¡pero tan contento que iba tocando su violín!

De vuelta al hotel en limusina, a lavar la ropa mientras redactamos todo esto y prontito a la cama, que estamos agotados; ha sido un día muy intenso.